Fillos adoptivos Fillos adoptivos

ISAAC DÍAZ PARDO

(Santiago de Compostela 22/08/1920 – A Coruña 05/01/2012)

Isaac Díaz Pardo nació en Santiago de Compostela en 1920, en la Casa da Tumbona de la Rúa das Hortas. La actividad de su padre, el pintor y escenógrafo Camilo Díaz Valiño, propicia un ambiente artístico e intelectual que nutre al receptivo joven y que lo marca, pues siempre acompañó a su padre en el trabajo de escenografía, caligrafía, ilustración y pintura. Cuando Isaac era aún un niño, en el domicilio de los Díaz Pardo, que era taller, estudio, biblioteca y museo al mismo tiempo, se reunían los hombres del galleguismo y por allí pasaban los más importantes intelectuales, políticos y artistas del momento, por lo que su educación estuvo marcada por el contacto con galleguistas como Pedrayo, Castelao, Cabanillas, Ramón y Antón Vilar Ponte, y Risco entre otros. Ya en 1932 participó en el Salón de Bellas Artes Ultreya, organizado en el Círculo Mercantil compostelano, y en 1936, con quince años de edad, se implica en la campaña a favor del Estatuto de Autonomía, iniciándose su compromiso con Galicia.

En 1939 se traslada a Madrid para estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, donde finaliza la carrera completando los cuatro cursos en dos años. En 1940 obtiene una bolsa de Artes Plásticas de la Deputación Provincial de la Coruña finalizando su formación con un viaje a Italia, donde visita los museos de Roma, Siena y Florencia, de transcendental importancia para su posterior trayectoria pictórica.

A su regreso inicia, con una exposición en la Coruña, una etapa de dedicación plena a la pintura exponiendo su obra en Madrid y en Londres, con gran éxito de público y de ventas que abandonaría en el momento en que se había erigido como el valor más consagrado de la plástica gallega, en 1948. Tal decisión se empezó a fraguar durante un viaje que realizó a Londres en 1946, donde estableció contacto con los exiliados políticos españoles, y tuvo mucho que ver su conciencia social del arte. No obstante, todos los críticos coetáneos que se ocuparon de analizar su obra reconocieron la valía de Díaz Pardo como pintor.

Intentado huir del ambiente opresor de los años de la posguerra en Madrid, abandona su domicilio en la capital y regresa a Galicia para instalarse en el Castro de Samoedo, muy cerca de la villa de Sada. Con la experiencia acumulada en el taller de su padre y de sus estudios, Isaac montó un laboratorio en unas instalaciones auxiliares del Pazo do Castro para estudiar los caolines que servían de materia prima al viejo Sargadelos, con la finalidad de conocer sus virtudes para realizar una cerámica moderna y de calidad. Entre 1946 y 1949, con la colaboración de Jacinto Alcántara, director de la Escuela de Cerámica de Madrid, se hacen los primeros ensayos de caolines y el resultado positivo de la experiencia hizo posible que en 1949, con Xosé Rei Romero y Federico Nogueira Pazo como socios, se constituyese la Fábrica de Cerámicas do Castro.

En 1954 Cerámicas do Castro, tecnicamente asentada y consolidada comercialmente, se ve sumida en un problema que Isaac tuvo que afrontar mobilizando a todos los fabricantes de loza de España para frenar el intento del gobierno español de venderle el caolín de Burela a los alemanes, que quedaran sin los caolines de Setzliz de los que se abastecían antes de la Guerra Mundial, y que ahora habían quedado en zona de influencia soviética por lo que no podían acceder a ellos. Las virtudes de la planta de cerámica del Castro de Samoedo llegaron a las otras orillas del  Atlántico y, en 1954, Núñez Búa vuelve a Galicia de su exilio y visita a Díaz Pardo para proponerle instaurar una fábrica de cerámica en Argentina y allí acepta montar la Fábrica de Porcelanas Magdalena, en una villa situada a 108 kilómetros de Buenos Aires, y se hace bajo los auspicios de una sociedad denominada Celtia S.A., de la que formaban parte Cerámicas do Castro y muchos de los exiliados gallegos, presidida por Xosé Villamarín Prieto, que también era presidente del Centro Gallego.

Durante los años de Magadalena, Díaz Pardo consolidó y perfeccionó sus conocimientos técnicos como ceramista sin abandonar las responsabilidades contraídas en el Castro. La estadía argentina le supuso a Díaz Pardo mucho más que ampliar la experiencia del proceso industrial y comercial del Castro, puesto que fue el reencuentro con la Galicia del exilio y con Luís Seoane, pintor, poeta, editor y un grande intelectual y teórico del arte y el diseño gallegos, a quien habia conocido ya antes de la guerra en el taller de su padre. Separados por el conflicto bélico, Luís Seoane y Díaz Pardo mantuvieron una amplia relación epistolar e Isaac colaboró  desde Galicia en la revista Galicia Emigrante que Seoane dirigía en Buenos Aires.

En la capital argentina, Isaac mantuvo también numerosas reuniones con Seoane y con los demás intelectuales gallegos exiliados (Eduardo Blanco Amor, Antonio Baltar, Arturo Cuadrador, etcétera) y entre todos fueron concibiendo diversas actuaciones tendientes a recuperar la memoria histórica de Galicia. Así, fundaron en 1963 el Laboratorio de Formas, al que se incorporaría posteriormente el arquitecto Andrés Albalat. Desde esta institución irían tomando forma proyectos como el Complejo Industrial Sargadelos (en convenio con Cerámicas do Castro) y Edicións do Castro (ambos en 1963), o Real Patronato de Sargadelos (encargado de la protección del recinto del primitivo complejo, declarado en 1972 Conjunto Histórico-Artístico), el Museo Carlos Maside (1970), el Instituto Gallego de Información (a partir de una idea del periodista Lorenzo Varela) o el nuevo Seminario de Estudios Gallegos.

La idea que presidió la fundación del Laboratorio de Formas fue la de restaurar la memoria histórica de Galicia. Para eso, una parte de la actividad se encaminó a la reproducción de objetos industriales cerámicos en los que estarían presentes los diseños tradicionales gallegos, y por otra parte, la recogida, estudio y divulgación de la obra que intentó renovar las artes gallegas tratando de conjugar la tradición con las nuevas ideas estéticas. El Laboratorio de Formas tuvo gran influencia en el posterior desenvolvimiento de la actividad de Díaz Pardo, pues a partir del se perfiló su posterior actividad empresarial y artística ligada al relanzamiento del sentimiento galleguista, como fue la formación de las Edicións do Castro (1963), el Complejo Industrial de Sargadelos (1963/1970), el Museo Carlos Maside (1970), el Seminario de Sargadelos (1972), el Instituto Gallego de Información (1977) y el impulso dado a la restauración del Seminario de Estudios Gallegos.

Consolidadas las dos empresas cerámicas, la del Castro en Sada y la de Magdalena en Argentina; el Laboratorio de Formas fue el lugar donde se planificó la idea de restaurar la producción cerámica de Sargadelos. Aquella empresa, fundada en el año 1791 por el gallego-asturiano Antonio Raimundo Ibáñez, fue la primera siderurgia integral española y fue promovida en un primer momento para producir manufacturas militares. Poco después, tras el descubrimiento de unos depósitos de caolín próximos, se levantó una industria cerámica para la producción de vajillas, siendo nuevo el empleo de la técnica de la decoración mecánica del estampado.

En 1809, no transcurso da guerra da Independencia contra o francés, Raimundo Ibáñez morreu asasinado nas rúas de Ribadeo, nun escuro feito aínda non totalmente esclarecido, mais mesturado con vinganzas persoais e, sen dúbida, comerciais. A desaparición do fundador da industria non provocou o seu remate inmediato, xa que puido manterse ata 1875, data en que pechou definitivamente, o que provocou o progresivo deterioro das instalacións, situación que se prolongou ata que en 1963, Díaz Pardo se empeñou na recuperación da empresa, proceso que aínda se prolongou ata o ano 1970.

En 1968 Cerámica de Sargadelos, empregando as materias primas dos depósitos de caolín, iniciaba as probas nunha pequena planta experimental e o 10 de maio de 1970 inaugurou unha planta circular, que foi o núcleo principal da nova industria, que se levantou prudentemente separada das ruínas da antiga empresa para así evitar o seu deterioro e desaparición definitivos. En 1972 o Laboratorio de Formas, tentando preservar o recinto no que operou o vello complexo de Sargadelos ata 1875, solicitou para el a declaración de Conxunto Histórico-Artístico, conseguida case inmediatamente e propiciando a constitución do Real Padroado de Sargadelos co fin de ter ao seu cargo o coidado, protección e reconstrución das antigas dependencias.

O crecente éxito da industria de Sargadelos, convertida axiña nun exemplo do progreso industrial e empresarial galego, serviu a Díaz Pardo e aos seus colaboradores para considerar a posibilidade de que a empresa se puidese mostrar como unha embaixada e exemplo dese sentimento galeguista que dende anos atrás propagaba Díaz Pardo con moitas das súas actuacións artísticas e empresariais, todo iso coa idea de renovar e patentizar todo o que cultural e historicamente caracterizaba e definía a Galicia, facéndoa singular con respecto ao resto dos territorios da Península Ibérica.

Os prototipos da cerámica de Sargadelos nacen da idea de Seoane de querer enriquecer o mundo coa nosa diferenza e a do compromiso social das formas de Isaac. Estúdase a cultura galega desde o paleolítico ata hoxe, os códices medievais, a arquitectura popular, as formas das casas mariñeiras, as xoias castrexas, o románico e o barroco, pero tendo en conta tamén os movementos artísticos máis modernos. Poucos días despois da posta en marcha da planta circular de Sargadelos inaugurábase o Museo Galego de Arte Contemporánea Carlos Maside, que recollía a obra e a documentación do movemento renovador da arte galega e cumpriu tamén un enriquecedor labor de información e fomento de actividades culturais.

Paralelamente á Fábrica de Sargadelos, en 1972 foi creado o Seminario de Sargadelos, que colabora con todas as empresas do grupo, prestando función de control e investigación técnica, de imaxe e de comunicación. Desde a súa fundación, este dedicou unha boa parte dos seus esforzos á realización, no mes de agosto, duns encontros estivais, centrados nas experiencias de tecnoloxía e escola libre de cerámica, acompañadas de seminarios sobre temas de deseño, arte, empresa, cine…Por estas experiencias de Sargadelos pasaron preto de dous millares de participantes de todo o mundo. Por outra parte, o Instituto Galego de Información constituíuse en 1977 e completou as tres frontes ideadas por Seoane e Díaz Pardo: arte, industria e comunicación, para a actuación do Laboratorio de Formas. Por este motivo, naceu coa idea de crear un grupo de opinión que mellorase a información e a comunicación en Galicia.

En 1979, ao falecer Luís Seoane, Díaz Pardo asumiu en solitario a coordinación do Laboratorio de Formas e a dirección das empresas do Grupo Sargadelos e despregou a súa faceta de deseñador industrial con máis intensidade; estruturas arquitectónicas, mobiliario e todo tipo de obxectos funcionais que dotan ás súas empresas dunha fisionomía industrial ao servizo dun proxecto cultural para Galicia.

En 1984 Sargadelos inaugurou unhas novas instalacións, máis axustadas ás súas necesidades, deixando na planta circular un centro experimental de deseño e construción de modelos e diversas coleccións museísticas. En decembro de 2001, Díaz Pardo promove a creación da Fundación Sargadelos, que ten por obxecto "o estudo da cultura industrial de Sargadelos, a divulgación do seu significado histórico, a protección da súa denominación e a defensa da súa memoria".

Como recoñecementos á súa traxectoria, Isaac Díaz Pardo recibiu numerosos premios e distincións, entre os que destacan: Pedrón de Ouro -1976-, Medalla de Ouro e fillo predilecto da cidade de Santiago de Compostela-1988-, Premio Otero Pedrayo -1990-, Insignia de Ouro da Universidade de Santiago -1991-, Doutor Honoris Causa polas facultades de Bioloxía e Historia da Universidade de Santiago, arquitecto honorífico do Colexio de Arquitectos de Galicia -2001- e outras moitas distincións.

Díaz Pardo tamén cultivou o ensaio e a crítica, produción entre a que habería que subliñar os libros: Xente do meu Rueiro, Bos Aires, 1954; Midas. O ángulo de pedra, Bos Aires, 1956; El ceramista Arranz y su escuela, A Coruña, 1960; Galicia Hoy, en colaboración con Luís Seoane, París, 1965; Paco Pixiñas, en colaboración con Celso Emilio Ferreiro, cartel de cego, A Coruña, 1970; A Nave Espacial, cartel de cego, A Coruña, 1970; El Marqués de Sargadelos, cartel de cego, A Coruña, 1970; Castelao, cartel de cego, A Coruña, 1985; Galicia hoy y el resto del mundo, A Coruña, 1987, ademais de diversos traballos xornalísticos, principalmente de historia contemporánea.

O espírito de traballador incansable de Díaz Pardo fixo necesario este recoñecemento por parte do Concello de Cervo, destacando a súa faceta como creador dun complexo industrial e cultural decisivos para o desenvolvemento de Cervo, sen esquecer a súa poliédrica personalidade artística e intelectual como debuxante, cartelista, escritor, colaborador en catálogos e obras colectivas e a súa continuada presenza nos medios xornalísticos, na súa sección Crónicas inconformistas no xornal La Voz de Galicia. A inxente actividade rexeneradora promovida por Isaac Díaz Pardo atinxe todo tipo de actos e iniciativas nas que se plasma a súa idea, afastada das visións folcloristas, dunha nación galega proxectada cara o futuro.

 

Escudo
© CERVO 2017
Praza do Concello, s/n
27891 Cervo
Tel.: +34 982 557 777 - Fax : +34 982 557 729
CONÉCTATE A CERVO

El Ayuntamiento de Cervo también está contigo en las redes sociales. Sigue toda su actividad a través de estos canales y participa!

  • Flickr
  • Twitter
  • Facebook
  • Youtube
  • RSS
  • Google+
  • Picasa