
En el Medievo, además de la colocación de los pasajes de piedra que permitían cruzar el río de una margen al otro, se construye un puente de piedra para el paso de los animales y de los peatones en marea alta, y con un estilo arquitectónico en imitación a aquellos que hicieron los romanos.
Así, fue erguido un puente con forma semejante a los de la época romana y que aún se pueden ver hoy en otros ayuntamientos como Cangas de Onís (Asturias), Navia de Suarna (Lugo), etc...
Tiene una altura máxima de 9,5 metros, aunque los peitorís fueron colocados o renovados en el siglo XIX, tal y como demuestra que las canterías estén unidas con grapas de hierro, como era costumbre en el pasado siglo y que también se puede ver en la presa de Sargadelos.
El único ojo tiene forma ojival, siendo el galibo o altura máxima de 8,25 m y la luz o distancia entre pilares de 8,40 m.
En el pilar de la margen derecha del río, en una de las canterías, está gravada una serpiente y otra semiborrada, que sería la firma de algún cantero, característica propia del románico, así como reforzar con contrafuertes o lombardas los pilares como muestra el puente.
La anchura máxima es de 3,10 m, lo que permitía el paso de vehículos de hasta 2,36 m de ancho, ya que los peitorís tienen un espesor de 37 cm cada uno.
Este puente fue restaurado en el año 1986 por el Concello de Cervo.
Por este puente transcurría uno de los caminos reales de la parroquia: el de la Costa, que venía por encima de las casas de Pedrosa y pasaba por la Cruz y luego pasaba de los Corrales a la Rozavella y de allí seguía para la Parroquia de Lago.